Hay cuestiones que influyen en el valor de una vivienda que difícilmente se pueden modificar: la zona, la superficie de su casa, la orientación, el estado de conservación del edificio...
Sin embargo en algunas otras cuestiones sí podemos actuar y son en éstas donde debe concentrar todos los esfuerzos, porque a veces no tenemos una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión. Muchas viviendas fantásticas son difíciles de vender porque no ofrecen su mejor aspecto.
Antes que el comprador visite su vivienda:
La entrada a su vivienda es la primera imagen que recibe el comprador de su inmueble, por ello es importante que esté cuidado y su aspecto sea agradable, que realmente invite a entrar.
Se puede hacer pequeños cambios o reparaciones que pueden suponer una mejora muy importante en su casa.
Nada mejora más el aspecto de la casa que unas paredes recién pintadas.
Una vez en su vivienda: ¿qué ve y qué percibe el comprador?
Amplitud, espacios despejados, orden, olor agradable, limpieza... En las zonas de menos luz, sería conveniente que instalara alguna bombilla de mayor potencia, para conseguir que su casa sea realmente luminosa.
Limpieza
Cuartos de baño, cocina, cristales de las ventanas, persianas, suelos. El olor de su vivienda es epecialmente importante: lo primero que se percibe al entrar en una casa es su olor. Recomendamos que esté bien ventilada y si se usa ambientador, que sea una fragancia suave y lo más neutra posible.
Mantenimiento
Revise cisternas y grifos, compruebe el funcionamiento de las lámparas, encienda todas las luces. Si alguna puerta chirría, engrásela. Revise los mecanismos eléctricos y persianas enrollables, si las hubiera.
Sensación de hogar
Conseguir un ambiente agradable es el objetivo: retire la decoración de las paredes, si es excesiva, guarde las fotos personales y demás elemntos de decoración muy personales. Consiga que el aspecto de las principales estancias sea el más neutro posible y con temperatura agradable.